Llevo toda la vida preguntándome dónde se ubica un misterioso lugar llamado "Objetos perdidos", del que muchos hablan. Siempre me lo imaginé cómo un híbrido entre una comisaría, con decenas de personas aguardando turno para renovar su DNI, y uno de esos cementerios de maletas perdidas que asolan la instantánea de cualquier aeropuerto. El motivo por el que recupero esta duda existencial es simple y preciso: Llevo años buscando la capacidad de autocrítica del ser humano. La moraleja del cuento ya la conocen: "La culpa siempre es el del otro, especialmente si no es de los nuestros"
Confieso haber asistido atónito a la actitud del Partido Popular ante el tristemente famoso "Caso Gürtel". La esperada firmeza ha brillado -salvo en casos aislados como el de Esperanza Aguirre-, por su ausencia. Se huyó de los ceses, las explicaciones, o las responsabilidades. Se quiso asegurar la cohesión del partido a costa de su propia imagen. En Génova se antepone la presunción de inocencia de los suyos al sentido común y la deslumbrante nitidez de las pruebas. Se ha invertido el debate hasta priorizar el "por qué nos han pillado", ante el "nos han pillado". ¿Tanto cuesta reconocer que en la familia puede haber ovejas negras, y que lo importante no es poner al resto del rebaño a protegerlas, sino sacarlas a patadas del mismo?
La voz de Gürtel ha ido alzándose como la de un tenor, en un crescendo cuyo fin parece aún lejano. Empezó tibia, hablando de un par de trajes sin pagar. Siguió con un intrigante segundo acto, en el que un ladrón era sorprendido en plena faena y, lejos de entregarse, acusaba a la justicia de ir a por él. En el tercero, la basura era ya incontenible, y provocaba nervios, órdagos -saquen algo más, y empezaremos nosotros- y angustia. Vimos un desproporcionado ataque de honradez que ha acabado ejerciendo de boomerang -el papel desclasificado empieza a pagarse a precio de oro-, igual que ha pasado con el manejo de los tiempos, o la inquebrantable protección de los miembros del partido. Al final, han querido un chivo expiatorio, y éste ha tirado de todo, hasta de cornamenta. No sé cómo acabará esto, pero no dudo que un par de tiritas bien puestas servirán. El tiempo, como en otras ocasiones, hará el resto. Hoy por hoy, el Partido Popular tiembla, aunque ya saben lo que dicen de la corrupción: si el corrupto es de la familia, la corrupción no es tan corrupta.
Las últimas encuestas dicen que el Partido Popular ganará con holgura. El proyecto de España progresista de Zapatero acabará bajo esa tormenta de arena a la que llamamos crisis. Otra oportunidad perdida para un país que no ha ido sobrado de ellas en los últimos cien años. La Izquierda volverá a pasar a la historia como la opción política que nos llena de números rojos, paro y hambruna. El que fue eficaz en otros tiempos, merecerá la confianza de una España desencantada. A pesar de lo mucho que huela la mierda de sus manos. No niego cierta comprensión al votante. A todos nos importa más mover el bigote que las andanzas del Bigotes.
2 comentarios:
Si en Valencia fuéramos todos negros, votaríamos al Ku Klux Klan.
Siempre es un placer leerte por aquí, Ángel. A ver si un día coincidimos y nos ponemos al día de nuestras vidas.
Un abrazo!!
En Valencia ya estamos votando al Ku Klux Klan!
Yo que soy muy tímida me ruborizo por casi todo pero lo que me parece el colmo de la desfachatez es la violación por parte de los poderes públicos valencianos del pilar princiapl del Estado de Derecho que es la división de poderes. me parece de pena y de vergüenza la actitud del Presidnete del TSJCV y del presidente de la Generalitat. Además me parece vergonzoso que no existan o no se apliquen los medios necesarios para defender, el que es sin duda, el mayor ataque a la democracia desde el 23 de febrero. Y quizás pensareis que estoy exagerando, pero pensar en ello. El pueblo debería negarse a pagar impuestos para que esa banda se enriquezcan. Anda, que me faltaban los de la LFP, queriendo hacer huelga para evitar que un señor que cobra más de 600000 euros tenga privilegios. Después condenan a Maradona por mandar a todos a chuparla!
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