Ante la anodina e inútil diplomacia que se ejerce desde Occidente y la Arabia más rica e inmoral, ante la cobardía y cómplice pasividad de la ONU, ante la lánguida petición de Alto al Fuego por parte de muchos dirigentes, ante la agotadora obsesión de
Nicolas Sarkozy por salir en la foto, ante la utópica esperanza de que
Hamas recapacite y deje de vender mezquinamente la vida de los suyos, ante las dudas de un
Barack Obama que se arriesga a decepcionar desde el primer día a quienes le han votado, ante la alarmante falta de conciencia general, y ante la nula respuesta que está dando el Mundo a lo que pasa en la franja de Gaza, quiero utilizar este espacio en nombre de los inocentes que están perdiendo allí sus vidas para mandar un rotundo y breve mensaje al Estado de Israel, puesto que es el único actor que puede detener esta locura.
BASTA YA.
No puede exigirse seguridad y libertad desde el disparo ciego, el castigo atroz y la muerte. No se puede condenar a un millón y medio de personas a ser enjauladas en una trampa sin darles la oportunidad de salir de ella y vivir. ¿Qué autoridad moral le queda a Israel para maldecir el integrismo islámico tras lo acaecido en Gaza? ¿Cuándo va a ser redefinido el terrorismo para que podamos incluir a muchos Estados en su envenenada concepción? Si la manera de luchar contra el terrorismo es responder a la piedra con devastación, es el momento de hacerse preguntas sobre el terrorífico absolutismo de Estados como Israel. Juro por lo más sagrado que le temo más que al terrorismo reconocido por las leyes.
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