Barcelona, 17:40 h. Salida del metro de Diagonal. La salida está dividida por cuatro puertas de cristal. Sólo una de ellas, la más escorada a la derecha, está abierta. Una mujer ciega se acerca, buscando la salida, hasta que su bastón tropieza con el cristal más alejado. Pasan varias personas, una tras otra. Casi todos la miran, dudando si intervenir, pero nadie llega a detenerse. La mujer tantea el cristal con su bastón, mientras camina lateralmente, buscando la abertura. Pasada una eternidad, un joven se para, la coge amablemente del brazo, y la acompaña a la calle. Hasta ese momento, pude contar otras diez o doce personas que no lo hicieron.
Arquero Urbano.
Y tu que esperabas para ayudarle
ResponderEliminarTal vez estuviera lejos.. Sólo tal vez.
ResponderEliminarÉl es el narrador, querido anónimo, no participaba en la escena más que como un simple expectador tras ese otro cristal invisible... quizá el único...
ResponderEliminarM.S
s*
ResponderEliminar