noviembre 26, 2008

El Cristal Invisible

Barcelona, 17:40 h. Salida del metro de Diagonal. La salida está dividida por cuatro puertas de cristal. Sólo una de ellas, la más escorada a la derecha, está abierta. Una mujer ciega se acerca, buscando la salida, hasta que su bastón tropieza con el cristal más alejado. Pasan varias personas, una tras otra. Casi todos la miran, dudando si intervenir, pero nadie llega a detenerse. La mujer tantea el cristal con su bastón, mientras camina lateralmente, buscando la abertura. Pasada una eternidad, un joven se para, la coge amablemente del brazo, y la acompaña a la calle. Hasta ese momento, pude contar otras diez o doce personas que no lo hicieron.

Arquero Urbano.

noviembre 19, 2008

Paul Diamond

Según Wikipedia,
  • Paul Diamond

"En un principio, fue compañero de Benji en el San Francis. Posteriormente, jugó con Oliver en el New Team, y se convirtió en su principal asistente tras la partida de Tom."


Para los no iniciados en la serie Campeones, la definición que acabo de poner puede sonar a cualquier idioma ininteligible. Los fanáticos, sin embargo (*) recordarán a Paul Diamond como uno de los grandes secundarios que nos dejó la serie japonesa.

Si recordáis, Oliver y Benji, protagonistas de la mítica serie, antes de ser compañeros, fueron rivales. El enfrentamiento de ambos, en el mítico Niupi-San Francis, dio lugar al primer gran partido que vivimos los seguidores de la serie. Aquel partido nos trajo el primer arrebato épico de Oliver, la aparición mesiánica de Tom Baker, o el guiño al catenaccio que supuso la estrategia de la Jaula (**). De lo que no todos se acuerdan es que, en las filas del San Francis, el mejor jugador de campo se llamaba Paul Diamond.

Paul era un jugador con clase, calidad y presencia. Tenía categoría suficiente como para dejarse notar en cualquier partido. Siempre se le veía lanzando los contraataques, ayudando en defensa, acompañando la llegada, y dando pases llenos de calidad. Todo ello hizo que, en las pruebas para conformar el equipo del New Team (***), la ayudante del entrenador dejara una sentencia para la historia: "qué bien se entienden Oliver y Paul". Yo, a mis escasos ocho años, vi la luz. Los genios se buscan entre ellos, y acaban encontrándose. Oliver y Paul, como genios que eran, se encontraron, y formaron una sociedad inquebrantable, tristemente ensombrecida por el enfoque mitómano que adoptó la serie, y que borró el recuerdo de jugadores tan valiosos como el que aquí reivindicamos.

Paul, durante la serie, fue obsequiado con migajas en términos de gloria, pero aquí estamos para rescatarlas del olvido. El inolvidable número 8 del New Team fue, en una demostración de picardía, el autor de uno de los cinco goles que, durante el Campeonato Nacional, su equipo endosó al orondo Teo Sellers (****). También fue el autor de un espectacular cabezazo en plancha ante el correoso Flynet de Philip Callaghan, que acabó resultando clave para que su equipo alcanzara su tercera final consecutiva contra el Tohu de Mark Lenders. Lamentablemente, a Paul se le negó la gloria en otras ocasiones. Recuerdo una, especialmente. La final contra el Tohu estaba reservada a Oliver Atom, y a los creadores les resultó inconcebible que un disparo certero y perfecto de Paul Diamond pudiera acabar en gol. Ed Warner, el acrobático portero del Tohu, no pudo llegar al balón. Éste se fue fuera por escasos centímetros. Los mismos que imposibiltaron que Paul Diamond fuera recordado como lo que fue realmente : el escudero de Oliver Atom, y la estrella silenciosa del New Team.

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(*) Entiéndase como fanáticos aquellos que crecieron creyendo que podían ejecutarse chilenas acrobáticas elevándose cinco metros sobre los demás, o que las redes de las porterías podían ser destrozadas por el impacto de un tiro supersónico

(**) Estrategia rastrera, dirigida por el capitán del San Francis, Benji Price, destinada a conservar el pírrico 2-1 con el que dominaban el marcador, y que consistía en pasarse el balón unos a otros, creando una jaula en la que era casi imposible recuperar el balón.

(***) Equipo resultante de la selección de los mejores jugadores del San Francis, el Niupi y otros equipos de la ciudad para competir en el Campeonato Nacional.

(****) Portero de enorme envergadura, capaz de ocupar toda la portería con su tamaño, y casi imbatible para los delanteros rivales.

noviembre 17, 2008

Otoño

Otoño llegó hace ya días a nuestras casas. Otoño es una estación melancólica, pero también un breve texto, escrito cuando aún valía la pena sonreir. Dejo aquí el que es, para mí, el regalo más personal que jamás haya escrito. Ya pudistéis disfrutarlo en Arquero Urbano, pero creo que es un buen día para redescubrirlo. No en vano, estamos en otoño.

OTOÑO


Unas gotas de agua salpican la ventana. ¿Dónde está el sol que últimamente me despertaba? Algo ha cambiado. El vendedor de helados ha dejado su puesto a la castañera. El abuelo de la camisa desabrochada ha cogido su vieja chaqueta de pana. La pareja que se perseguía por el rompeolas pasea tranquilamente cogida de la mano. El niño que nadaba en la piscina ha bajado al garaje a recuperar su balón. Mi madre saca cajas de encima del armario. Es la ropa de invierno. Será que el armario pide revisión de contenidos. Las palomas toman el testigo de las gaviotas. Las lágrimas, el de las risas. El azul cielo deja paso al marrón, al ocre y al gris. Los nostálgicos vuelven a la calle, algunos con cámara de fotos. Los rostros de la gente vuelven a tener algo que decir. Las mantas piden su turno. Quieren cubrir los cuerpos desnudos. Las canciones también lo hacen. Quieren cubrir las almas desnudas. ¿Será que la locura del verano ha dado paso al amor?

Los turistas se apuntan a la moda del cóndor y el tigre. Ya son especies en peligro de extinción. Los paraguas vuelven a ser negocio. ¿Se llevarán este año las capuchas? El despertador se hace fuerte, ahora que se está mejor entre sábanas. El álbum de fotos pide ser revisado. El hombre que pone las calles ha vuelto a madrugar. El parque se vacía para llenar el colegio. ¿Servirán los cuentos para adornar este mundo? Los zapatos se adueñan de la calle, pidiendo el fin de las sandalias. El granizado se evapora entre el humo del té recién hecho. ¡Hay que cambiar la carta, señor camarero! Se apagan las luces. La noche vuelve a tener sentido. Vuelve la calma, el silencio, la eterna espera de la lluvia esperando a ser derramada. Vuelve el viento transportando mensajes a lo largo del mar, sobretodo para quien quiera escucharlos. Acaba el día, y el sol añade rojo a su despedida. Será que quiere pintar el cielo para que brille más la luna.

Cambios y más cambios. Es la magia de las estaciones, aunque hay cosas que no permutan. La gente sigue agolpada ante el pozo de los deseos. Cualquier época del año sirve para soñar. Siguen puntuales en la iglesia. Sólo un siglo de retraso. Sigue llorando el bebé del quinto. Ahora tiene frío, antes calor. ¿Será que lo que le pasa es que está hambriento? Sigue el maquillaje sin sentido. Qué escasa es la gama de colores. Siguen ladrando los perros. ¿Cuándo cerrarán la perrera? Sigue el anciano poeta buscando su inspiración. Siguen los espejos caprichosos, desvirtuando la realidad. Y en algún sitio, escondidos, siguen Romeo y Julieta luchando juntos por su amor.

Oigo un castillo de fuegos. Hay fiesta en el pueblo, con sabor a despedida. El verano se aleja como un velero por el mar, y se agolpan los aldeanos saludando con la mano. Las mujeres van de luto, mas no es un adiós. Es un beso, un llanto, una sonrisa. Es un eterno recuerdo que nadie olvidará. Es un cambio. Un “dejo a mi hermano en mi ausencia, pero volveré”. Bienvenido sea el otoño. Buen viaje, querido verano.

Angel (26/10/2004)

noviembre 16, 2008

La Autodestrucción del Real Madrid

Uno de los mayores retos a los que puede enfrentarse una institución deportiva es el de dar forma a un proyecto bajo el que crecer. El Real Madrid, adalid de la casta, los imposibles y la épica, permanece en constante litigio con su pasado y su historia, y sigue mostrándose incapaz de gestionar, desde la cordura, un futuro que refunde y modernice sus valores, y los enmarque dentro de los cauces de la sensatez. El Real Madrid es incapaz de fraguar en un proyecto que le haga ser distinto a lo que ha sido casi siempre, y le haga reconocible por la estabilidad y el excelente aroma de lo bien hecho. Dicho de otra manera, el Real Madrid es incapaz de navegar en aguas tranquilas, porque parece no sentirse cómodo en la calma.

He aludido al pasado, debido a la permanente y obsesiva tendencia del Real Madrid a caminar hacia la autodestrucción. Recordando eras recientes, uno no puede olvidar el Real Madrid presidido por Lorenzo Sanz, un equipo que heredó la estructura arcaica y el ambiente desconfiado y cañí que rodeaba a Ramón Mendoza, pero que fue capaz de recuperar un puesto privilegiado en los altares del fútbol europeo. De todas formas, la necesidad de cambio, modernidad y seriedad hizo que los socios dieran un giro sorprendente, apostando por Florentino Pérez como presidente. Éste trajo criterio, estabilidad, solvencia económica y, de propina, a los mejores del mundo. El Madrid parecía estar en el buen camino, y completó tres años y medio siendo la envidia del mundo. Lamentablemente, optó por tirarlo (casi) todo por la borda. Se autodestruyó por culpa del acomodamiento de sus divos, y el proteccionismo y la locura pasajera del que los guiaba. El socio vio a su equipo sin ganar nada durante cuatro años, y recurrió a su actual presidente: Ramón Calderón.

Ramón Calderón cogió la presidencia del Real Madrid con la intención de romper con su pasado más reciente, y evitar cualquier comparativa con la era de Florentino Pérez. Tras unos inicios difíciles, el Real Madrid recurrió a su histórica manía por ganar cuando más imposible parece, y, tras una remontada sin precedentes, se llevó la más extraña, épica y emocionante Liga de la historia reciente del fútbol. Recuperada la fe, el Real Madrid se encaminó a iniciar un proyecto que, al menos, parecía coherente y distinto. Así, ganó su segunda liga con autoridad, dando pasos hacia adelante, pero respetando un margen de mejora que le permitiera consolidar lo ganado y seguir creciendo. En septiembre de este año se iniciaba el tercer año del proyecto Calderón. Han bastado dos meses para que todo lo ganado durante dos temporadas se haya quedado en nada, y para que el Real Madrid volviera a autodestruirse sin venir a cuento. ¿Qué ha llevado esta vez al Real Madrid a la situación actual? Veamos,
  • Ruptura con las premisas.
El Real Madrid de Calderón parecía creer en el rigor de un proyecto deportivo, en la cobertura de sus carencias mediante el estudio, y no el capricho. El Real Madrid, esta temporada, ha hipotecado su proyecto deportivo a la contratación de Cristiano Ronaldo, volviendo a la era que se pretendía borrar, aquella en la que Florentino Pérez era un loco obsesionado por vestir a los mejores del mundo de blanco, independientemente de las necesidades deportivas del equipo. Para colmo, esta hipoteca ha puesto algo doloroso sobre la mesa: Ramón Calderón no es Florentino Pérez, y Cristiano Ronaldo no está en el Real Madrid.
  • Solapamiento y Bicefalia en la Dirección Deportiva
Uno de los grandes misterios que rodean al Real Madrid es la definición de su organigrama deportivo. Sabemos que Pedrag Mijatovic es el director deportivo, y que Miguel Ángel Portugal (que llegó inicialmente para suplantar al montenegrino) es el secretario técnico. Lo que no sabemos es cómo se solventa la papeleta de que ambos opinen y decidan sobre el futuro del Real Madrid. ¿Consecuencias? Ineficacia en una política deportiva en el que se solapan demasiadas figuras, retrasando decisiones, dispersando objetivos, y oscureciendo la línea a seguir.

Este choque ha derivado en disputas notorias entre las preferencias de unos y otros, en el trabajo inútil de algunos (una propuesta de Portugal no sale adelante sin el ok de Mijatovic, y esto hace difícil entender la labor del primero) y, en definitiva, en una política totalmente ineficiente para el Real Madrid.
  • Error en la estrategia
¿Quién tuvo la brillante idea de decidir que Robinho sobraba en el Real Madrid? Tal vez, el mismo que decidió que había que traer a Cristiano. ¿Cómo no se han solventado las dos grandes carencias que tenía este equipo, que eran la figura de un delantero centro que supliera a Van Nistelrooy, y la presencia de un jugador de banda derecha? Daba igual; con Cristiano, el Real Madrid crecería por sí mismo. ¿Por qué Granero está en Getafe, y Javi García en el Real Madrid? Ni se sabe ¿Por qué Salgado o Saviola siguen formando parte de esta plantilla? Nadie los quiere, y menos a ese precio.

El Real Madrid invirtió parte de la pasada temporada en desacreditar, mediante la prensa, a dos de los miembros más importantes de la plantilla: Mahamadou Diarra y Robinho. Si bien el primero sigue en el equipo por la insistencia de sus compañeros, con el segundo vimos uno de los grandes ejemplos de pésima gestión que se haya podido ver en el fútbol. Ni se le renovó cuando tocaba, ni se supo frenar su marcha cuando el equipo se quedaba sin Cristiano. Para el Madrid, Robinho era el jugador que había que eliminar para que llegara el portugués. Diarra era el que ayudaría a financiar su fichaje con su venta. ¿Fue un diagnóstico equivocado? Tal vez sí, o tal vez no. Diarra y Robinho eran dos jugadores cuya baja, mediante una buena campaña mediática, podría ser entendida por la afición, y cuyo valor de mercado podría ser lo suficientemente atractivo como para financiar el fichaje del portugués. Dicho de otra forma, Diarra y Robinho eran perfectamente válidos, pero eran un caramelo para acumular dinero para traer al portugués.

El Real Madrid tenía una gran oportunidad para consolidar un grupo, reforzar a sus estrellas, y cubrir las necesidades detectadas. Lejos de ello, lo olvidó todo para darse un capricho que, finalmente, ni pudo darse. Sí, lo habéis adivinado. De nuevo, la autodestrucción.
  • Bloqueo Mental
Es evidente que todo lo dicho anteriormente no serviría para justificar el mal momento que atraviesa el Real Madrid. Hay factores que van más allá de lo comentado y lo meramente deportivo. El Real Madrid tiene un serio problema psicológico, que le hace entrar en un proceso de bloqueo, miedo y parálisis cada cierto tiempo. Yo lo llamaría el renacer de los fantasmas. Hay ciertas sensaciones que recuerdan a las ya vividas otros años. Si no hay suficiente entereza deportiva como para afrontarlas, el equipo descubre sus debilidades, pierde el mayor de sus activos (la fé, la fortaleza mental) y acaba siendo vulgar y vulnerable.

Lo comentado va más allá del entrenador y la situación actual, y tiene mucho que ver con el fondo. El Real Madrid tiene un serio problema de estabilidad, y ello habla de lo débiles que son sus cimientos. Se habla de cambiar a Schuster, de reforzarse, pero lo observado es sólo diagnosticable en un ámbito general. En ese, hay que poner sobre la mesa factores institucionales y psicológicos que, a fin de cuentas, están imponiéndose de manera demasiado rotunda como para que pasen desapercibidos. Hay muchas preguntas a hacerse, pero dejaré unas cuantas en el alero:

¿Confía el madridismo en su presidente? ¿Tiene la actual junta directiva la legitimidad y respaldo suficiente, tras unas elecciones delirantes y tétricas para la salud democrática, como para estar al mando del Real Madrid? ¿Puede haber unión en un vestuario en el que Raúl marca el ritmo de una manera tan descarada? Siguiendo con Raúl, ¿Cuántos años más podrá permitirse el Real Madrid cobijar en su plantilla a un jugador cuya realidad está siempre por encima de la del Club, sea para bien o para mal? ¿Cuándo decidirá el Real Madrid romper con su pasado y trazar nuevas líneas, de una manera decidida y no artificiera?

Al Real Madrid le da mucho miedo dejar de ser el Real Madrid, pero más miedo debería darle no volver a serlo nunca.

noviembre 09, 2008

Los Niños de Huang Shi

Existe un tipo de cine que podríamos definir como impersonal. Es ese cine en el que la autoría, y hasta el género, son cualidades demasiado difíciles de reconocer, sea quien sea la persona que haya detrás de la idea y ejecución de las mismas. Los Niños de Huang Shi, obra que recorre la epopeya del reportero británico George Hogg en la China ocupada por los japoneses durante los años 30, podría ser perfectamente un icono de ese tipo de cine.

Hollywood ha amparado infinidad de biografías y capítulos escondidos de la historia. En muchos casos, dichas propuestas esconden única y exclusivamente la ambición de generar un buen producto de marketing, pulido, vistoso, y lo suficientemente neutro como para no decepcionar a nadie. La película que nos ocupa encaja perfectamente en este estereotipo. Es difícil criticar Los Niños de Huang Shi. Trata un tema que, inevitablemente, resulta emotivo e interesante, y lo hace desde una óptica inusitadamente equilibrada. No se moja ni deja de hacerlo, básicamente porque el interés recae en el heroicismo de los protagonistas, y no en las causas y consecuencias de la barbarie. Tratar la épica supervivencia de un grupo de niños abandonados a su suerte es goloso, pero también envenenado. Es fácil caer en un dramatismo extremo y, si bien es cierto que el melodrama inunda la cinta, es suficientemente soportable como para llegar a las dos horas sin el alma excesivamente edulcorada.

Gran parte del mérito de lo comentado anteriormente debería recaer en el director. Es cierto que la labor de Roger Spottiswoode es meramente funcional, pero tampoco hay que negarle el oficio y experiencia con la que resuelve su trabajo. Por lo demás, en el reparto tenemos al siempre eficaz Jonathan Rhys Meyers, y a los inevitables Chow Yun-Fat y Michelle Yeoh, haciendo lo que mejor saben hacer: cubrir roles orientales de peso en una película rodada por occidentales.

Los Niños de Huang Shi es, en definitiva, una aceptable posibilidad de acercarse a una de esas pequeñas grandes historias que dejan las guerras. Historias anónimas en el tiempo, pero inevitablemente poderosas para quienes las vivieron. Dado que está rodada con oficio, no deja de ser una buena opción para salvar un domingo de cine sin pretensiones ni decepciones extremas. Sólo una reflexión para terminar, ¿Puede ser este film, sin querer serlo, una muestra de la mano que Occidente quiere tenderle a China para entenderse y encarar un futuro tan próspero como interesado? Todo es posible.

noviembre 05, 2008

Obama, el reto del cambio.

Hace unos tres años, ojeando el suplemento dominical del diario El País, me encontré con un reportaje que hablaba de políticos emergentes. En él, por encima del resto, resaltaba un tal Barack Obama. Supongo que me fijé en él por ser afroamericano, y ser considerado como un futuro candidato a ser presidente de los Estados Unidos. Esta mañana, pasando por el quiosco, Obama y Martin Luther King ocupaban las portadas de los diarios. El primero había hecho realidad el sueño del segundo, amén del suyo propio. Barack Obama es el primer presidente negro de los Estados Unidos de América.

La jornada ha tenido una trascendencia arrolladora en el panorama mundial. En un momento de incertidumbre económica y social, de miedo, de desencanto, de heridas abiertas y guerras sin terminar, era urgente que el principal actor de la escena internacional cambiara de uniforme. La victoria de Obama ha sido tan celebrada fuera de Estados Unidos como dentro. Cada uno tiene sus motivos. Europa, sin ir más lejos, se veía desamparada sin la referencia válida del país anglosajón. Si escuchan los comentarios sobre la crisis económica, se darán cuenta que muchos atañen al ya clásico "Empezó en Estados Unidos". Hoy, Europa necesita ser rescatada por alguien, y es evidente que Obama tiene buena pinta.

Los motivos de la victoria de Obama parecen claros, pero no es mala idea echarles un vistazo. La situación económica y el conflicto de Irak han tenido un coste altísimo para los republicanos, pero no hay que quitar méritos al nuevo presidente. Obama ha arrancado votantes del conservadurismo, esencialmente aquellos a los que la crisis económica ha golpeado brutalmente, pero también ha logrado llevar a las urnas a quien no había votado nunca. La estrategia del "Yes, we can" ha sido demoledora. Casi tanto como una puesta en escena sin precedentes. Obama es, tal vez, lo más cercano a un líder de masas que ha visto este planeta en mucho tiempo. Habla con temperamento, convicción, energía y astucia. Si confirma lo que parece ser, podemos estar ante un político irrepetible. ¿Ideales? Es un progresista, alejado del anquilosado ideal que ha predicado Bush, pero mucho más cercano al centro que lo desearía el que vé en él un revolucionario. De todas formas, es normal. Estados Unidos es un país a gestionar con tacto, en el que la máquina de los cambios está aún engrasándose.

La herencia recibida por Obama es envenenada. Hay mucho que agradecerle a la Administración Bush. El nuevo presidente debe compatibilizar la creación de un sistema más igualitario con el control de una crisis que está mostrándose implacable. A Obama le van a pedir que salgan los números, pero también que equilibre las desigualdades sociales. Necesita un dinero que tal vez no tenga, y cualquier medida va a ser observada con lupa. Bush también ha hecho los deberes con el resto del Mundo. Hoy, Estados Unidos es un país con el que es imposible dialogar, que marca territorio hasta el límite de despreciar al que le planta cara, y que hace de la diplomacia un disparate sin más valía que la foto de rigor. Estados Unidos, con Obama al frente, se encamina hacia el reto de corregir un error tan grave como prepotente. El país anglosajón debe demostrar que quiere ser parte del Mundo, y hacer del trillado multilateralismo algo sincero. El Mundo necesita de Estados Unidos, pero Estados Unidos también necesita al Mundo. Los nuevos retos a los que todos nos enfrentamos nos necesitan a todos. Y todos somos todos, aunque no siempre nos guste.

Sirvan estas líneas para darle la enhorabuena a Barack Obama. Esperemos que pinte Estados Unidos del deslumbrante color que nunca debió perder. Es el anglosajón un país que, probablemente, haya dado una gran lección democrática para demostrar que una crisis puede servir para mostrar fuerza, y no derrotismo, y que está, por encima de todo, para reaccionar en lugar de lamentarse. Estados Unidos quiere volver a liderar el Mundo. Estados Unidos le da la palabra a Obama. Congratulations, Mr. President.